Es ley para este noble caballero

alucinar con augusto delirio:

hacer del viento espeso un lirio,

del pobre campesino su escudero.

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Le parecen unas latas dinero

y el ensueño nubla con gris colirio

las alabanzas, en verdad martirio

el liberado en verdad prisionero.

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Se priva también del dolor tirano

que la regia fantasía bien cura

entre falsas victorias mano a mano.

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Que si por mal volviese a la cordura

como murió don Alonso Quijano

mejor hubiese muerto en la locura.

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Josué R. Álvarez

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2 de junio de 2021