La gran épica americana esta vez la dirigen el experimentado Tata Martino y el novato soñador Gregg Berhalter. El argumento: las dos naciones más grandes de la región se juegan la primera edición de la Concacaf Nations League, el equipo estadounidense no viene de la mejor de sus épocas, pero tiene a un gran grupo de jóvenes que creen que le pueden ganar a su enemigo de siempre. México por su parte tiene mucha experiencia y la ventaja histórica.
Primer punto de giro: gol de México al minuto 1 de partido (Tecatito Corona). Zack Steffen, el portero que juega en el equipo campeón de la Premier League, es derrotado. El conjunto estadounidense se desespera. Busca la manera de derrotar al experimentado Guillermo Ochoa, y lo logra en un descuido de la defensa a través de una de sus estrellas: Giovani Reyna. Minutos antes el VAR había anulado el 2 a 0 a México.

Termina el primer tiempo y parece que el cuadro estadounidense se tiene mucha confianza, pero no contaba con la lesión de su seguro guardameta en el minuto 64. Zack se lamenta, no quiere dejar el partido, pero lo hace. En su lugar entra Ethan Horvath, quien juega en el Club Brujas de la humilde liga belga desde 2017. En 2021, Horvath apenas jugó cuatro partidos en los que recibió seis goles. En ninguno de los encuentros disputados pudo dejar su marco en cero. La lesión de su compañero es la única oportunidad de reivindicar una triste temporada.
Doce minutos después, Horvath es derrotado por Diego Láinez, quien tampoco ha tenido un gran año en el Betis de España. La cámara de la Concacaf a la vez que muestra el delirio de Láinez enfoca el rostro desencajado del portero de veintiséis años. ¿Podría haber llegado a la pelota?
Al minuto 81, McKennie, otra de las estrellas americanas, de cabeza anota el empate: tiempos extras. Siete minutos antes de llegar a los 120, que enviaría el partido a penales, parece que hay falta dentro del área contra Pulisic. El grito de la afición revela que el árbitro, un señor panameño de 43 años revisará la falta en el VAR. Penal. Pulisic, campeón de Europa, lo cobra y lo festeja frente a la barra de los mexicanos. Desde los tiempos de Donovan nadie celebraba así los goles contra México.
Las barras y las estrellas —¿o debería decir solamente estrellas?— estaban a punto de celebrar, pero hay otra falta (una mano), ahora en el área que defiende Horvath. Polémica, VAR, blablablá. Guardado, un histórico con cuatro mundiales encima se prepara. Enfrente está un desconocido, un ex del Molde de Noruega, un portero que no sabe tener su marco en cero. Pero se agiganta y lo detiene. Es el fin. Héroe. Estados Unidos es campeón, y Pulisic, el nuevo Capitán América, vibra antes de levantar la copa, que adorna el cielo mágico de Denver.
Josué Álvarez