Distancia de rescate (2021) es a nivel narratológico una experiencia cuando menos extraña. Es fácil perderse en su novedad narrativa, en los acentos que fluctúan del ibérico al argentino y al chileno y, en términos generales, en su coherencia.
El largometraje dirigido por Claudia Llosa cuenta la historia de David o de Carola, su mamá, no está muy claro, quizá es la historia de la relación de los dos. En definitiva, es David quien, a raíz de una enfermedad sobrenatural que lo lleva al borde de la muerte, experimenta una migración, es decir, que la mitad de su espíritu ha sido depositada en otro cuerpo o en otros cuerpos, no queda muy claro.
Entiendo que la desarticulación de la historia es intencional porque nos trata de poner en el punto de vista de Amanda (casi como recuerdos inconexos), quien ha llegado al pueblo a vacacionar con su hija, pero la historia se expresa de manera muy confusa al espectador. Es una película que pretende no ser ingenua, y muere en esa trampa, a pesar de que cuenta con aceptables actuaciones.

Creo que una de las intenciones del producto cinematográfico de Llosa es crear la sensación de suspenso y de jugar con lo que no se ve en pantalla, pero hay una enorme diferencia entre ocultar algunos elementos para generar intriga o hacerlos crecer como pan dentro del horno, y nunca concluirlos.
Los personajes no son claros ni definidos, en ningún momento se logra empatizar con ninguno de ellos, parece que se hubieran planteado ponerle una capa de granizado. Los dramas —que son extremos— no se llegan a sentir como dramas verdaderos: una madre que perdió el alma de su hijo (o la mitad), un esposo obsesionado por un caballo al extremo de que por culpa de ello pierden todo. Además de que la trama de los caballos aparece abruptamente en la película, resulta muy poco creíble y conveniente
Nunca está claro en qué consistió la migración del espíritu, hay un par de escenas que pretenden aclararlo, pero de forma vaga. Además, el espíritu es una realidad muy difícil de concretar, mucho más si se lo pone tan difuso. ¿Se fue a otros cuerpos?, ¿a uno solo?, ¿está vivo?, ¿medio vivo?, ¿se hizo uno solo con la naturaleza? Además de su conducta casi selvática, ¿qué otros efectos concretos tuvo en la vida de David?
Los personajes no evolucionan, y la aparición de Amanda no es relevante para la trama, a pesar de que con el recurso narrativo de contar desde el final se la intenta incluir. El gran problema es que, si la pensamos como la historia de Amanda, tampoco funciona. La narración debería tener un leitmotiv, parece que lo va a tener, pero finalmente no lo tiene.
Se supone que el nombre de la película se debe a que las mamás siempre están calculando la distancia de rescate. ¿Cuánto tiempo se tardarán en llegar si al niño o a la niña le sucede algo? Pero esta idea no se desarrolla en la película, no se ve más a allá de una escena en la que Amanda sale del carro y dice que siempre está calculando. ¿De verdad es la escena que nombra la película? Sí, sí, yo sé que lo heredó del libro. Si se rebusca, se podría pensar que es algo latente, pero el tono de la película va por otro lado. Porque ni siquiera la situación en la que David pretende rescatar a Amanda es trascendental para la película.
La historia de David es el germen y nada más.
Josué R. Álvarez