• Comencemos por las menudencias

Vamos a lo más obvio: las preguntas en español llevan un signo de apertura y uno de cierre. Así de claro, ¿no?

¿Y será que puedo combinarlo con otro signo? El de admiración, digamos. ¡Puedo?, dirá alguno. , responderé yo. ¿De verdad!, me replicará». Claro, por supuesto, concluiré.

Y desde luego que habrás notado que nunca se escribe punto ni antes ni después del signo de cierre.

  • ¿Y dónde va el primer signo exactamente?

Hay ocasiones en las que no es tan fácil saber dónde escribir el signo de apertura, porque no siempre todo el enunciado es parte de la pregunta. En el periodismo, por ejemplo, como una entrevista implica una investigación previa a veces se inserta una afirmación antes de comenzar la pregunta, justamente para preguntar sobre esa afirmación. Además de que es necesario, se ve muy elegante. Veamos el ejemplo:

Ante los malos resultados de su equipo, ¿piensa usted renunciar?; En las elecciones pasadas usted afirmó que el candidato X no era de su agrado, ¿por qué ahora están en la misma fórmula?

Nótese que en estos casos en los que hay un enunciado antes de comenzar la pregunta siempre hay una coma antes del signo de apertura y siempre comienzan con mayúscula. A menos claro que sea un nombre propio.

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  • Hablando de uso de mayúsculas, ¿cuándo comienzo con mayúscula y cuándo con minúscula?

Si una pregunta comienza el enunciado, es decir, es lo primero que decimos después de un punto, entonces deberemos comenzar con mayúscula.

Sí, las  golosinas de mi mamá son deliciosas. ¿Quedará muy lejos de donde estamos?

—¿Querés un poco de té? —preguntó Jaime con timidez.

En cambio, si una pregunta es una continuación de un enunciado, hay que empezar con minúscula.

Sí, las golosinas de doña de mi mamá son deliciosas, ¿se te antoja alguna?

Pasa lo mismo en las afirmaciones con apéndice confirmativo.

Hoy es el examen, ¿cierto?; Esta es la nueva película de Tarantino, ¿no?

  • ¿Y si hay varias preguntas seguidas?

Pasa lo mismo, si se consideran como parte de enunciados distintos hay que comenzar cada una con mayúscula.

¿Qué juegos te sabés? ¿Cuáles son los mejores recuerdos de tu infancia? ¿Querías mucho a tus papás?

Y si se consideran con parte de un mismo enunciado, entonces, se comienza la primera con mayúscula (de ser necesario) y las demás con minúscula.

¿Qué hay  del amor que nos tenemos?, ¿qué de todas las cosas que nos prometimos, ¿qué de las ideas políticas por las que hemos luchado?

Y en este segundo caso siempre van separados por comas.

Es cierto, a veces no resulta fácil saber cuándo pertenecen al mismo enunciado y cuando a distintos. A mí lo que me sirve es tratar de imaginar las respuestas, y si estas fueran en oraciones separadas, entonces son enunciados separados, y si estas se pueden responder en una sola oración, entonces, la percibo como un solo enunciado.

  • No olvidemos los vocativos

A veces para hacer una pregunta necesitamos referirnos a nuestro interlocutor por su nombre. Aquí te mostraré primero el ejemplo.

Jaime, ¿cuál es tu nombre completo?

¿Podrías, querido amigo, hacerme un favor?

¿Aquellas mochilas son tuyas, Ximena?

Yo sé que ya lo notaste: si el vocativo va al inicio del enunciado, se escribe fuera de los signos de interrogación. Si va a en medio de la pregunta, va a dentro. Ni modo que cortemos la pregunta. Y si va al final, también va adentro. En cada caso separado por comas del resto del enunciado.

  • ¿Y en qué casos los puedo omitir?

Si te preguntas en qué casos se pueden omitir, es sencillo: en títulos:

Cómo ganar amigos; Qué es la libertad.

 Sobre todo, si el título tiene un pronombre interrogativo.

Y en preguntas retóricas:

Cómo crees que no te ayudaría.

Josué R. Álvarez

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