La novela histórica “El Rapto de la Sevillana” (2015)  de Marta Susana Prieto, oriunda de Puerto Cortés pero radicada en San Pedro Sula,  ofrece una  visión profunda y detenida en los detalles humanos de lo que a veces suele verse como un hecho masivo y casi estadístico: el mestizaje.


La historia, muy bien entramada en Cerro  Palenque , tiene como protagonista a Cicumba, un rey o cacique Tolupán,   quien secuestra a una Sevillana recientemente viuda y la toma por mujer, creando a partir de entonces un mundo distinto, tanto para ella, como para los pobladores y el mismo Cicumba, quien ve redimida en esta obra su grandeza en la historia como defensor del territorio que hoy es Honduras.  Los pobladores  lo amaban y respetaban, así como los españoles lo “odiaban” y le temían. Hay que recordar que la historia hondureña, a diferencia de Lempira, lo ha sepultado.


Prieto recuerda en su obra que el mestizaje implicó muchas veces historias de amor, celos, pasión, locura y cambio de vida para los unos y para los otros. Me atrevería a decir que esta es una novela sobre el mestizaje, pocas veces visto y tratado de esta manera tan delicada.


Los temas como la lealtad, el amor, el mestizaje como problema, los celos, el miedo a lo desconocido y la cosmovisión dan un vuelco dentro de lo preconcebido para llegar a las actitudes más humanas escasamente recordadas cuando se habla del tema. El otro gran éxito es lograr este efecto sin despegarse (dentro de lo que se puede, pues se trata de ficción) de la historicidad.

Queda como pregunta. Cuántas historias de amor encierran esos primeros años en los que este mundo se encontró con aquel de ultramar y cuántas de ellas caben en una novela o quizás un cuento. No hemos de olvidar que como humanos, los nativos y los extranjeros tenían las mismas necesidades afectivas y que, por lo tanto, podían enamorarse, y ser felices o sufrir por ese amor.