En el largometraje de Mar Tarragona, Dos, bien podrían convivir H.G. Wells y Kafka, pero no lo hacen. El inicio hace recordar La metamorfosis del escritor checo: alguien despierta con su cuerpo en condiciones extrañas. Pero es solo eso, un inicio prometedor. La trama suena bien: dos desconocidos (hombre y mujer) despiertan unidos por el abdomen. Los han cosido. Es una premisa muy interesante, ¿cierto?
A pesar de que es una situación desbordante, los personajes están demasiado tranquilos. Logran que lo que ya de por sí es inverosímil lo sea aún más. Y si bien es cierto, en La metamorfosis de Kafka hay cierta serenidad en Gregorio Samsa al descubrirse insecto, los códigos son completamente distintos. Comenzando porque una es una novela de inicios del siglo XX, bastante innovadora para su época, y la otra es una película de 2021, donde se necesita más que una premisa interesante para, al menos, resaltar.
La lista de desafortunados deslices en la película es larga. Por momentos a la directora y/o los actores se les olvida lo principal de la película: ¡están pegados! Primero son incapaces de moverse (por obvias razones) y luego el dolor y la incomodidad desaparecen. Quiero de esos analgésicos que tomaron. Juzgue usted la fotografía. ¿Le parece a usted que acaban de ser cosidos por su abdomen?

A nivel de guion no hay mucho qué aprovechar, solamente la idea. Los diálogos son aburridos y nada sugerentes. La forma en la que se resuelve el conflicto es bastante burda. Es solo el capricho de un tipo. Sobre los indicios, podría decir que las pistas de Blue estaban colocadas con mayor elegancia. Se la trata de dotar en algún momento de un aura mística y hasta científica haciendo una simple enumeración de algunos aspectos poco más que interesantes del número dos. Estos elementos no logran introducirse en el desarrollo de la película.
La música y la fotografía no logran crear lo que se supone que deberían. Hay movimientos de cámara que parecen hechos por pura travesura. Por ejemplo, un close up al llamador de la puerta.
Pero lo peor de todo es que, aún con todos sus defectos, podría prestarse pare reflexiones éticas y hasta podría ser una vaga e imprecisa reflexión sobre el matrimonio, pero no. No hay tal conflicto ético en la locura de un anciano, ni en ellos se logra desarrollar una relación, básicamente porque no hay arco evolutivo de los personajes. Diría que incluso se pudo haber aprovechado la condición de hombre y mujer de los protagonistas para volver a Adán y Eva.
Dos es una película corta, pobre y sin valor alguno. Y en una escala del uno del diez, esta película tendría dos.
Josué R. Álvarez
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