La literatura policial es una de las más reputadas en el género narrativo. Ha gozado desde siempre de un grupo de seguidores que disfrutan con exquisitez de ella, y por supuesto, ha tenido grandísimos representantes. Entre sus lectores más apreciados se encuentra Jorge Luis Borges, quien llegó a contemplar unos primeros requisitos para garantizar que una novela, primero sea policial; y segundo, se pueda disfrutar. A continuación, los enumero y comento brevemente.
Dice Borges en una breve reseña de Half-Way House, de Ellery Queen, publicada en la revista El Hogar, que el primer requisito es la declaración de todos los términos del problema. Una novela policial en primer lugar debe tener un crimen, una serie de estos o incluso unos crímenes en potencia, que aunque se reserven algunos hechos para el lector, debe estar claro qué es lo que sucedió, en qué contexto, quiénes son las víctimas y una leve insinuación, no por ello menos clara, de los victimarios.
El segundo requisito que propone es la economía de personajes y recursos . Esta idea es muy coherente por la siguiente razón. En un asesinato, por ejemplo, todos pasan a ser sospechosos, todos parecen tener una razón para haber cometido el crimen, y por esto es importante que sean los justos, no puede haber una lista de sospechosos tan grande, porque podría llegar a ser confuso, forzado y en algún momento se puede perder el interés.
En cuanto a los recursos, la historias si bien es intrincada, solamente debe tener los escenarios justos, para que hacer conjeturas sea un placer y no una sensación frustrante. La novela policial debe hacer sentir al lector como alguien astuto capaz de resolver un crimen o al menos sospechar una salida, y no lo contrario.

En cuanto a laprimacía del cómo sobre el quien, me parece que es uno de los hechos más evidentes, pero menos pensados. Y si se repasan las historias policiales, importa muchísimo cómo se cometió el crimen, que generalmente da la respuesta del quién. En este tipo de historias lo que se construyen son los caminos de cada personaje, y una vez descubierto ese camino, es mucho más fácil llegar al hechor. Lo mismo pasa con los motivos, no se descubre primero el motivo, eso es posterior al descubrimiento de los victimarios, o mejor dicho, la deducción queda zanjada.
El último requisito, la solución necesaria y maravillosa pero no sobrenatural, no es otra cosa que evitar el deus ex machina. El adjetivo necesaria nos remite a que las respuestas se van construyendo a medida avanza el texto (indicios), y después de la revelación de todos los elementos es imperativa y unívoca. Por maravillosa también deberíamos entender ingeniosa y genuina.
Josué R. Álvarez
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